PRESTINES

La receta de hoy es muy especial para mi, es una receta muy antigua de mi casa, también por supuesto estos dulces son típicos de Extremadura, o por lo menos de la zona en donde yo vivo, pero esta receta es la de mi casa de toda la vida.
Hoy no me quiero llevar yo los honores, hoy no los he hecho yo, la receta y los dulces los ha elaborado mi madre, que como ya sabréis es toda una maestra y una artista en los dulces fritos, así que hoy se lleva ella las felicitaciones.
Si deciros que la receta se puede considerar una joya, por lo antigua que es y por que creo que esta en peligro de extinción, así que esto es una contribución para que nuestras raíces perduren.
Ingredientes:

• 3 tazas de harina colmadas.
• 1 taza de aceite escasa.
• 1 taza de vino escasa.
• Anís (licor).
• Un pellizco de sal.
• Matalahúga.
• Canela.
• Cáscara de naranja.
• 1/2 vaso de los de vino de agua.

Preparación:

Freímos el aceite con cáscara de naranja. Cuando la cáscara este frita, la retiramos del aceite y vertemos esta en el harina.

Cocemos el vino con matalahúga y canela en rama, una vez cocido, lo colamos,  y se lo añadimos al harina, junto con la sal disuelta en el agua. Amasamos con un poco de anís, teniendo precaución de no dejar la masa muy blanda,  hasta formar una masa homogenea, les damos forma con las manos, cogiendo porciones de la masa y apostándolas con las manos, como si fuesen perrunillas, les hacemos unas marcas con el revés del cuchillo, primero haciendo listas para un lado y luego para el otro, de forma que queden como cuadriculas.

Los freímos en abundante aceite caliente, los escurrimos sobre papel de cocina y una vez todos fritos, los pasamos por miel, que estará disuelta con un poco de agua y un chorrito de anís.